Desde la PPIINA damos la enhorabuena al nuevo gobierno progresista y le felicitamos especialmente por declararse explícitamente feminista. Es una gran esperanza para todas las personas que estamos trabajando por la justicia social y de género, por una sociedad sin patriarcado.
Celebramos su apuesta decidida por continuar con la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad emprendida con el Real Decreto 6/2019, que entró en vigor en abril de 2019, y que va aumentando los permisos de los padres (o las otras madres) hasta equipararlos a las 16 semanas del permiso de maternidad. Además, se ha comprometido a modificar dicho RD para que los permisos sean realmente igualitarios.
En efecto, según figura en el acuerdo de gobierno, esta equiparación se hará «de forma progresiva, para que estos permisos sean totalmente iguales (16 semanas), intransferibles y retribuidos al 100% en 2021, modificando aquellas trabas actuales que dificultan la no simultaneidad de los permisos«.
La PPIINA ha venido señalando estas trabas que se colaron en la redacción del RD 6/2019 y que, conjuntamente, impiden la corresponsabilidad: los padres y las madres no tienen asegurado el derecho a turnarse (pasadas las dos primeras semanas), para quedarse cada uno/a durante 14 semanas al cargo del bebé a tiempo completo, y así cubrir igualitariamente esos primeros meses hasta la incorporación de la criatura a la escuela infantil.
Esperamos que el RD 6/2019 se modifique para eliminar esas trampas sin más dilación. En particular, es urgente:
- Que el periodo a tomarse necesariamente a partir del nacimiento sea solamente de 2 semanas (no de 6 en 2021 ni de 4 en 2020), pudiéndose tomar el resto a lo largo del primer año a decisión de la persona trabajadora.
- Que se restablezca el derecho, que se ha perdido con el RD, a tomarse todo el permiso a tiempo completo sin necesidad de acuerdo previo con la empresa, y no solamente las semanas que se disfrutan inmediatamente a partir del nacimiento. El RD estipula que las semanas aplazadas se podrán tomar «en régimen de jornada completa o a tiempo parcial, previo acuerdo entre la empresa y la persona trabajadora afectada«.
Mientras no se hagan estas modificaciones, muchos padres seguirán viéndose presionados a tomarse gran parte o todo el permiso como le convenga a las empresas: bien sea a tiempo parcial, bien sea en las fechas con menor carga de trabajo, bien sea simultáneamente con la madre, o incluso una combinación de estas modalidades.
Así, amparadas por la letra del RD, muchas empresas consiguen no tener que prescindir completamente de sus trabajadores (como sí lo tendrían que hacer si el trabajador estuviera cuidando a tiempo completo y en solitario a un bebé). Por el otro lado, hay que reconocer que muchos hombres pueden dejarse llevar por la tentación de seguir siendo simples «ayudantes en el cuidado» y no desconectarse de sus empleos.
Todo esto, y más, es lo que habíamos advertido que sucedería como consecuencia de una legislación farragosa que sigue sin individualizar y equiparar totalmente los permisos de todas las personas progenitoras. El diseño que propone la PPIINA es radicalmente igualitario y resolvería todos estos problemas. Y, por otra parte, no impediría que las parejas optaran por organizarse según sus necesidades específicas.
La PPIINA recuerda una vez más: la finalidad de los permisos igualitarios es hacer posible la corresponsabilidad, esto es, que el bebé pueda ser cuidado a tiempo completo durante los primeros meses igualitariamente, y no otra. Para ello, el padre tiene que poder quedarse al cuidado de su bebé a tiempo completo sin concurrencia de la madre; y la madre tiene que poder ser sustituida para así poder retomar su puesto de trabajo sin tener que recurrir a excedencias o a reducciones de jornada. Y la Ley tiene que permitirlo y fomentarlo, no impedirlo o dificultarlo.
El nuevo gobierno tiene la oportunidad de completar y consolidar una reforma pionera, un paso crucial para la disolución de la división sexual del trabajo, y por tanto para esa sociedad en igualdad total a la que aspiramos. Hacerlo en los primeros 100 días de gobierno lanzaría el mensaje contundente a la sociedad española y al mundo de que su apuesta por la igualdad social y de género va en serio. ¡Y claro que se puede!