Última llamada de la PPIINA: el RD 6/2019 tiene que reformarse urgentemente para que, a partir del próximo 1 de enero, los padres puedan quedarse al cargo de sus bebés en solitario tanto tiempo como las madres, y así cubrir el máximo periodo hasta la escuela infantil

El 1 de enero de 2021 entrará en vigor la última fase del calendario de equiparación de los permisos fijado en el RD 6/2019. De esta forma, cada persona progenitora tendrá un permiso de la misma duración (16 semanas), intransferible y pagado al 100%.

Estas tres condiciones son imprescindibles para superar las trampas que, en el pasado, han impedido el uso igualitario de los permisos en otros países, y en la PPIINA nos congratulamos de que se haya escuchado nuestra voz. Pero ahora nos encontramos con nuevas trampas que, de no corregirse antes de que termine este año, pueden frustrar una vez más la posibilidad de este inmenso avance.

1.- ¿Qué propone la PPIINA?

El diseño de la PPIINA, que se explica en este video de 2 mn, es simple: se trata de que cada persona progenitora (madre, padre) tenga un permiso totalmente individual. Este permiso estaría dividido en dos partes:

– Permiso parental inicial: dos semanas a partir del nacimiento. Así, en las familias biparentales, mientras la madre se recupera del parto, el padre (o la otra madre) puede cuidar de ella y del bebé.

– Permiso parental para la crianza: catorce semanas a disfrutar a lo largo del primer año, con el derecho de disfrutarlas a tiempo completo en las fechas elegidas sin necesidad de acuerdo con la empresa. Así, si hay dos personas progenitoras, se pueden turnar para quedarse el mismo tiempo a cargo del bebé en solitario y cubrir el máximo periodo de cuidado del bebé en casa.

2.- ¿Cuáles son las trampas que se han introducido en el RD 6/2019?

La «letra pequeña» del RD 6/2019 impide que, pasadas las 2 primeras semanas de recuperación del parto, las 14 semanas restantes puedan disfrutarse a tiempo completo y en las fechas que cada persona elija durante el primer año. En efecto:

– Las primeras 6 semanas deben tomarse necesariamente a partir del nacimiento, y por tanto se obliga a los padres a tomarse 6 semanas simultáneamente con la madre.

– Además, el resto del permiso deberá acordarse con la empresa, que puede forzar el disfrute a tiempo parcial y/o en determinadas fechas si es a tiempo completo. Es decir, se ha perdido el derecho a tomarse todo el permiso a tiempo completo en las fechas que decida la persona trabajadora, o sea en las fechas en las que el bebé lo necesita.

– Aparentemente se concede flexibilidad a padres y madres para tomarse gran parte del permiso hasta por semanas sueltas, pero en la práctica se les impide tomarse el permiso a tiempo completo y relevándose para alargar el tiempo de cuidado del bebé. Cabe preguntar: ¿flexibilidad a favor de quién?

3.- ¿Por qué, en lugar de adoptar el simple diseño PPiiNA, ha adoptado una regulación tan farragosa?

En lugar de una regulación simple, el RD establece un diseño complicado que dificulta su comprensión y esconde las trampas. Así, muchas personas piensan que los permisos serán ya igualitarios salvo algunos pequeños detalles sin importancia. Esta es otra de las trampas del RD.

Pero no se trata de simples detalles ni de errores casuales. La PPiiNA ya los impugnó, y advirtió de los efectos perversos que provocarían, desde que se introdujeron en la primera Proposición de Ley presentada al Congreso, así como posteriormente en el borrador del RD 6/2019 antes de que se promulgara. Podemos afirmar que el Gobierno y los grupos parlamentarios conocen la relevancia de estos «pequeños detalles», aunque por el momento siguen callando. ¡Aún está a tiempo el Gobierno de emitir otro RD corrigiéndolos!

4.- ¿Por qué estas trampas impiden que los permisos se utilicen igualitariamente y cuando los bebés lo necesitan?

Ni los permisos forzosamente simultáneos con la madre, ni los permisos a tiempo parcial, ni los permisos a tiempo completo en las fechas que permita la empresa, sirven para que los padres cuiden a sus bebés tanto como las madres. Estas modalidades convienen a muchas empresas para no prescindir totalmente de los hombres trabajadores, pero desvirtúan seriamente la utilidad del permiso.

Los permisos forzosamente simultáneos acortan el tiempo del cuidado del bebé y perpetúan la figura del «hombre ayudante». Porque si está la madre en casa, ella será la cuidadora principal en la inmensa mayoría de los casos. El padre, en cambio, estará disponible para cuando la empresa le reclame.

Los permisos a tiempo parcial no sirven para cuidar a un bebé que está en casa 24 horas. Y los permisos a tiempo completo cuando decida la empresa tampoco sirven para cuidar al bebé cuando este lo necesita. ¿Cómo es posible que se conceda a los padres un permiso y, a la vez, se permita a la empresa invalidar su función?

Nuestros peores augurios se están cumpliendo: hombres que se toman todo su permiso a partir del nacimiento para evitar trabas burocráticas; hombres que se toman la parte voluntaria a tiempo parcial o en Navidades para evitar problemas a la empresa; parejas que desearían turnarse pero no pueden porque el RD se lo impide; mujeres que siguen teniendo que recurrir a excedencias y/o a reducciones de jornada cuando se les acaba su permiso, y que pierden sus empleos; bebés privados del cuidado por parte de sus papás…..

4.- ¿Por qué hacerlo mal cuando no cuesta más dinero hacerlo bien?

Denunciamos que, después de tantos años de decirnos que no hay dinero para pagar 16 semanas también a los padres, ahora se les impide hacer un uso corresponsable de su permiso. Esto supone un uso ineficiente del dinero público, lo que es más intolerable, si cabe, en la actual situación de extrema necesidad de millones de familias.

5.- Se acaba el tiempo: una nueva oportunidad histórica que puede convertirse en otro fiasco

Si se reformara el RD 6/2019 en el sentido que proponemos, los padres podrían cubrir en mayor medida el periodo entre el fin del permiso de maternidad y la escuela infantil. Así, las madres no se verían obligadas a prolongar su permiso con reducciones de jornada y/o excedencias no pagadas que les condenan a la dependencia económica, a la precariedad y, en demasiados casos, a la pobreza de toda la familia.

Hace casi medio siglo, en 1974, Suecia estuvo al borde de establecer los permisos igualitarios, pero en el último minuto se hicieron transferibles, trampa que aún no se ha revertido por más que los sucesivos gobiernos reconocen que habría que hacerlo. En nuestro país ahora tenemos esta nueva oportunidad histórica, que habremos perdido si se consolida esta reforma tramposa. ¡No lo permitamos!

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