La maternidad ha sido, desde tiempo inmemorial, y lo sigue siendo, la mejor excusa de los poderes fácticos para mantener la división sexual del trabajo (producción/reproducción-cuidado) y las múltiples discriminaciones que de dicha división se derivan para las mujeres: expulsión del mercado de trabajo, altas tasas de contratación a tiempo parcial, menores salarios, dobles y triples jornadas, falta de autonomía económica-personal, violencia de género, pobreza, etc., etc.
Desde la PPIINA creemos que el efectivo control de las mujeres sobre su maternidad es una condición necesaria, junto con otras diversas, para cambiar este estado de cosas y hacer posible la igualdad real entre mujeres y hombres. Además, impedir este derecho democrático elemental sería un atentado inaceptable contra la libertad y contra la vida: pondría en peligro la vida de muchas mujeres que se verían obligadas a recurrir a abortos clandestinos.
Por todo ello nos unimos a la lucha por mantener y mejorar el derecho de las mujeres a decidir libremente si quieren/queremos ser madres o no, y en qué momento.
Es tristemente hipócrita: por un lado se intenta imponer la maternidad a las mujeres que no la desean; por otro no se hace nada por ofrecer las condiciones adecuadas para que quienes lo desean tengan criaturas. Por un lado se trata el feto como bien supremo a defender; por otro se ignoran los derechos más elementales de la infancia a un entorno saludable y feliz, al cuidado de su papá (además de al de su mamá), a una vida libre de pobreza y de violencia. ¿No sería más humano, más justo y más democrático ampliar derechos que continuar con ese empeño en prohibirlo todo?
En la PPIINA apoyamos todas las movilizaciones que se convoquen para que las mujeres que no desean ser madres puedan abortar libremente en la Sanidad Pública, y seguimos luchando para que las que lo desean tengan las condiciones efectivas para serlo.
Los permisos iguales, intransferibles y pagados al 100% es una de estas condiciones: para que las mujeres puedan ser madres sin que se les penalice en el empleo; para que los hombres puedan ejercer como padres cuidadores; y para que las criaturas estén atendidas y protegidas.
Esperamos que el Gobierno entierre definitivamente el Proyecto de Ley sobre el aborto con el que amenaza aunque sin darlo a conocer.
Esperamos también que el Gobierno se emplee a fondo en llevar a cabo la reforma de los permisos votada unánimemente en el Congreso según la Proposición No de Ley de Octubre de 2012.
¡Seguimos en la lucha por la igualdad total!
¡Pedalea con la PPIINA!