El Parlamento Europeo debate de nuevo sobre la ampliación del permiso de maternidad olvidándose del padre. Se quiere promover la igualdad de la mujer en el mercado laboral sin tener en cuenta la discriminación indirecta que sufre por ser madre. El Parlamento Europeo había propuesto en 2010 una directiva para proteger a las mujeres mediante la ampliación del tiempo mínimo de permiso de maternidad que debe aplicarse en todos los países de la UE.

En octubre de 2010 el Parlamento Europeo votó sobre esta propuesta, es decir si ampliar el tiempo mínimo y pagado del permiso de maternidad del mínimo actual de 14 semanas a 20. La ampliación fue aprobada por una mayoría de 327 diputad@s en contra de 320. Los grupos del centro-izquierda- Socialdemócratas, Verdes y la Izquierda y 82 diputad@ del grupo popular-conservador- votaron a favor de esta directiva. La mayor parte del grupo popular conservador votó en contra y desde entonces estaba pendiente su aprobación en el Consejo Europeo. Ahora se vuelve a debatir esta directiva en el Parlamento Europeo, porque el Consejo y la Comisión han pedido su retirada.

Las lectoras desprevenidas se alegrarán del voto en 2010 y condenarán la petición de retirada actual, porque pensarán que proteger a la madre y por ende a los recién nacidos son por fin medidas políticas europeas que hay que aplaudir . El problema es que los efectos de esta directiva, si finalmente la aprobara el Consejo Europeo, serían los contrarios a los proclamados. Existen evidencias de que, en vez de proteger a la madre, el efecto será negativo para la vida de las mujeres y para l@s bebés, que no podrán ser cuidados por sus padres en igualdad de condiciones. La PPIINA afirma que antes de ampliar el permiso de maternidad hay que ampliar el permiso de paternidad, porque solamente cuando haya un permiso igual, intransferible y pagado al 100% para amb@s progenitor@s se podrán conseguir los objetivos de igualdad laboral y de corresponsabilidad en el cuidado para mujeres y hombres. Solamente entonces hijas e hijos podrán recibir el mismo cuidado, afecto y establecer los mismos lazos de apego con madre y padre.

Si se aprobase la directiva y se trasladase a España, significaría un aumento de la desigualdad entre el actual permiso de maternidad de 16 semanas y el de paternidad de 2 semanas. Esta desigual ausencia de una persona trabajadora de su puesto de trabajo, significa que las mujeres son vistas como menos disponibles, como las principales cuidadoras y por tanto como trabajadoras de segunda clase. Esto significa que todas las mujeres pueden ser víctimas de discriminación estadística en contra suya por el mero hecho de ser potenciales madres. Pueden ser relegadas en la contratación, en la formación en la empresa y en la promoción laboral por el mero hecho de que se asume que ellas actuarán de cuidadores y los hombres no lo harán en igual medida. ¿Cómo lo podrían hacer si no tienen el mismo derecho a un permiso?

El modelo familiar al que la mayoría de las nuevas generaciones aspira es aquel en el que ambos progenitores pueden tener un empleo y cuidar por igual. Ahora los hombres no pueden cuidar de sus bebés y ausentarse para ello de sus empleos durante el mismo tiempo que las mujeres. La PPIINA reivindica que primero se amplíe el permiso de paternidad para que sea igual que el de maternidad, porque esa medida sí protegería el empleo de las mujeres en igualdad de condiciones que el hombre. Además protegería a las niñas y a los niños, porque tendrían dos personas que pueden asegurar su sustento y su cuidado, en vez de una. La ampliación del permiso de maternidad parece una buena idea, pero en realidad no lo es.

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