Islandia es uno de los países que componen la PLENT . María Pazos estuvo allí y consiguió entrevistar a Johanna Sigardurdottir, la Primera Ministra.
Sus respuestas nos muestran su apuesta por la igualdad de género y por el estado del bienestar, que además son condiciones imprescindibles para el avance económico.
Sobre los permisos, Islandia es el país más avanzado del mundo: los hombres tienen 3 meses intransferibles y se los toman. Pero aún está desequilibrada la balanza, ya que las mujeres se toman 6 (sus 3 intransferibles y la parte común)… Ella nos lo reconoce y piensa que es posible una reforma por permisos iguales, intransferibles y pagados al 100%.
Entrevista realizada por María Pazos Morán a Johana Sigurdardóttir y publicada en El Pais
La ciudadanía islandesa despertó repentinamente de una década de anestesia neoliberal en una mañana de octubre de 2008 con su país en bancarrota. En esta nueva vida, empezaron a organizarse, a intentar entender, a exigir medidas… y a mirar a su alrededor en busca de personas competentes en las que confiar. Así fue como saltó definitivamente a la fama mundial Jóhanna Sigurdardóttir.
Pregunta – En España, cuando hablamos de las medidas anticrisis que se tomaron en Islandia (y que aquí muchas personas envidian), alguna gente dice “Bueno, pero allí son poquitos y hace mucho frío”. ¿Qué es realmente diferente? ¿Es la vía islandesa ‘exportable’?
Respuesta – Islandia tiene buenas infraestructuras y recursos naturales, lo que nos permite asegurar que nuestros problemas son temporales. El crash islandés fue uno de los más graves que ha tenido un país en los últimos tiempos, así que prácticamente todo el mundo tenía claro que había que tomar medidas radicales respecto a las finanzas públicas. A este escenario podemos añadir el gran peso de la deuda privada, que ponía en peligro a los hogares y a las empresas.
Mi Gobierno está afrontando estos retos con el apoyo de la mayoría de la población, aunque también con gran debate. En dos años hemos reflotado los bancos, bajado los tipos de interés, reconducido la inflación desde más del 18% al 4%, bajado el déficit público desde un 9% del PIB hasta casi un 3%; reestructurado y saneado la deuda de empresas y hogares. La protección de nuestro sistema de bienestar ha estado en el centro de nuestra actuación. Como sociedad, nos hemos esforzado en aprender de la crisis. Hemos vuelto a la senda del crecimiento económico y el desempleo está disminuyendo. Los agentes sociales, junto con el Gobierno, han firmado acuerdos que asegurarán estabilidad para los próximos tres años y beneficiarán sustancialmente a las personas asalariadas. En consecuencia, tenemos la seguridad de que hemos puesto las bases para una mejora real de la economía en los próximos años
P – ¿Y en cuanto al avance en igualdad de género? En el ranking del Foro Económico Mundial (FEM), Islandia aparece como el país más igualitario del mundo en 2009 y 2010. ¡Enhorabuena! Ya en 2007 y 2008 figuraba en el cuarto puesto. ¿Qué factores explicarían esta buena calificación anterior, y sobre todo el salto en los últimos dos años?
R – La buena posición en 2007 y 2008 afianzó a Islandia en el grupo de cabeza, junto con la mayoría de los demás países nórdicos. El avance de las mujeres en cuanto a representación parlamentaria y gubernamental, y el hecho de que tengamos una jefa de gobierno, jugó un papel significativo en el paso de Islandia al número 1 en 2009. A pesar de nuestra satisfacción, los resultados del informe revelan claramente dónde debemos aún avanzar: en el mercado de trabajo. El déficit de mujeres en puestos de dirección empresarial y la brecha salarial de género son nuestros mayores problemas. El año pasado, el Parlamento aprobó una ley de cuotas en los consejos de dirección de empresas privadas y públicas, que entrará en vigor en 2013. Mi esperanza es que ello origine aún mejores resultados en el ranking del FEM a partir de 2013.
P – ¿No es notable que las mujeres obtuvieran más poder justo a raíz de la crisis? ¿Es esta también una bancarrota de los ‘valores masculinos’?
R – Absolutamente. En los años que precedieron al crash, el sector financiero había sobrepasado todos los límites, corriendo inmensos riesgos, acumulando deuda… podríamos calificarlo de ‘juego’. Era una cultura de jóvenes varones de la que las mujeres estaban totalmente ausentes. Y muchos otros actores contribuyeron a exacerbar esa ‘cultura’, atribuyendo a los personajes destacados del sector financiero cualidades estrechamente relacionadas con las nociones estereotipadas de masculinidad. Por otro lado, los estudios demuestran que una representación más equilibrada de mujeres y hombres en puestos de dirección económica se traduce en decisiones más imparciales y sensatas. Así que podemos hablar claramente de un crash de los ‘valores masculinos’.
P– A su llegada al poder, usted declaró que Islandia estaba bien preparada para salir de la crisis financiera porque tenía una población con gran nivel educativo y una economía sólida… ¿Cree que la igualdad de género juega un papel en esta buena situación?
R – Sí, por muchas razones. Islandia era, y aún es, un país próspero con una alta tasa de empleo femenino, lo que significa que las mujeres contribuyen significativamente a la economía en su conjunto, creando bienestar social con su actividad. Esto no hubiera sido posible sin un alto nivel de igualdad de género en general. Ahora, aunque han sido inevitables algunos recortes de gasto, hemos hecho el máximo esfuerzo por defender los servicios públicos; no solamente para proteger los empleos de las mujeres en este sector tan feminizado sino también para preservar las infraestructuras que proporcionan calidad de vida a toda la población. Hemos blindado y reforzado el sistema educativo; consiguiendo incluso que muchas personas con bajo nivel de educación formal, que hubieran estado abocadas al paro, volvieran a retomar sus estudios. Con estas medidas hemos contrarrestado algunos impactos negativos de la crisis sobre el bienestar de la ciudadanía. Puedo mencionar también el espíritu emprendedor de los islandeses; concretamente las islandesas han sido realmente innovadoras en la creación de oportunidades para sí mismas y para la sociedad. Finalmente, y no menos importante, pienso que la mayor influencia de las mujeres en el Parlamento y en el Gobierno ha conducido a que las decisiones sean más sensibles al género y más correctas.
P – Pero, como Ud. dice, aún persiste una gran brecha salarial de género en Islandia…
R– Así es, desgraciadamente. La brecha se está estrechando, curiosamente a mayor ritmo desde la crisis, pero sigue siendo intolerable. Los hombres tienden a beneficiarse más que las mujeres de los booms económicos, y a perder más en las recesiones, al menos aquí en Islandia. El mercado de trabajo sexualmente segregado conlleva diferencias estructurales que constantemente producen y reproducen la brecha salarial de género. Las encuestas indican que esta brecha es mucho menor dentro de cada empresa que entre ellas, lo que podría explicar por qué no hay prácticamente ningún caso de discriminación salarial en los tribunales. Mi Gobierno está analizando cómo abordar mejor este tema. Es absolutamente necesario que la recuperación económica que tenemos por delante no se traduzca en aumento de la brecha salarial de género una vez más.
P – Con alta tasa de empleo femenino a tiempo completo; largas jornadas, altas tasas de fecundidad; educación infantil pública universalizada sólo a partir de los dos años de edad; y escasa participación de los hombres a las tareas domésticas… ¿No cree que las mujeres trabajadoras no pueden hacerlo todo (empleo y trabajo doméstico) con el mismo éxito que si solo tuvieran que dedicarse a su empleo (como es el caso de muchos hombres)? En España decimos que no se puede tocar las campanas y estar en la procesión al mismo tiempo…
R – La desigual distribución de las responsabilidades familiares es una de las mayores barreras para las mujeres. Sin embargo, según un estudio publicado este año, los hombres islandeses ya realizan alrededor del 40% de las tareas domésticas, incluido el cuidado infantil; todo un hito que nos muestra lo mucho que han progresado. Uno de los objetivos de nuestro sistema de permisos parentales era, precisamente, aumentar la participación de los hombres en las responsabilidades familiares, y todo indica que estamos avanzando en la dirección correcta; así que no debemos subestimar la importancia de este tema.
P – El nuevo sistema de permisos por nacimiento y adopción, que Islandia puso en pie a partir de 2001, está reconocido como el más avanzado del mundo porque la parte intransferible de los padres es la mayor relativamente (3 meses de un total de 9); además casi todos los hombres usan su parte y la población lo apoya. Pero aún así, generalmente los hombres se toman esos 3 meses y las mujeres el resto (6 meses), lo que no es equilibrado. ¿Cómo ve Ud. el futuro del sistema de permisos parentales en Islandia?
R – Desde luego que puede mejorar. Nuestra meta a largo plazo es coordinar el sistema de permisos parentales con el de educación infantil, otro factor clave para el alto nivel de igualdad de género en Islandia. Tenemos un sistema público, gestionado por los ayuntamientos, accesible y asequible económicamente para todos/as, de gran calidad y con muy buenos profesionales. Ahora hay un desfase temporal (entre el final del permiso parental y el comienzo de la educación infantil), que muchas familias solventan a costa de las madres, bien con excedencia o prolongando el permiso de ellas a cambio de una disminución en la prestación. Creo que esto tiene un impacto negativo en la distribución del tiempo entre progenitores. Estoy firmemente convencida de que cuando extendamos el permiso parental total hasta los 12 meses, y los niños/as sean admitidos en las escuelas de educación infantil a esa edad, veremos una distribución más igualitaria. Pero también tenemos que considerar si el derecho de cada progenitor/a debe extenderse proporcionalmente o si, por el contrario, los permisos deben ser estrictamente individuales, o sea 6 meses para cada uno/a. La idea de 4 meses para cada progenitor/a, y 4 meses para compartir, se está discutiendo y goza de bastante apoyo.
P – Muchas feministas soñamos que un día, no demasiado lejano, Islandia llegue a tener un permiso completamente intransferible y pagado al 100%, igual para cada progenitor/a, independientemente de su sexo, género, orientación sexual o tipo de familia. Y como para entonces Islandia ya estará en la UE, el sueño continúa, Islandia podría conseguir que el Parlamento Europeo apruebe una Directiva en ese sentido. ¿No sería esto un auténtico desafío a la división sexual del trabajo en todo el mundo? ¿O será que soñamos demasiado?
R – Los dos componentes de esa visión del sistema de permisos parentales que no están implementados aún en Islandia son que el permiso sea totalmente pagado y que esté completamente individualizado. Uno de los más dolorosos recortes que hemos tenido que hacer ha sido el de bajar el tope de la prestación, pero esto es algo temporal que enmendaremos en cuanto la economía lo permita. El asunto de abolir la flexibilidad actual, haciendo que el derecho sea totalmente intransferible, requiere más debate en Islandia. La otra idea, la de que presionemos por una directiva europea, no es nada descabellada, ya que somos un país aspirante y la igualdad de género es una prioridad de nuestra política exterior. Así que estoy encantada de poder decir que, una vez dentro, Islandia presionará por aumentar el nivel de igualdad de género en la UE.
P – ¿Imagina una sociedad futura en la que todas las personas, mujeres y hombres, vivan libres de dominación y en total igualdad? Podemos decir todas las mujeres “¡Mi tiempo llegará!”?
R – Estoy en política porque creo que podemos progresar, y que el combate de desfavorecidos y minorías hace avanzar a nuestras comunidades. En todo el mundo estamos viendo cómo ganan impulso las luchas populares para conquistar derechos humanos en toda su amplitud. Y, como sabemos, el potencial de cada persona para empoderarse es impresionante. Vivir todo esto es muy gratificante y proporciona mucha confianza en el futuro.
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María Pazos es jefa de estudios del Instituto de Estudios Fiscales , experta en feminismo y coportavoz de la PPiiNA